Los sentimientos en la residencia (Primera Parte)

Los sentimientos en la residencia – Primera Parte

Entrar por la puerta y ser absorbido por diferentes sentimientos que andan flotando por las diversas estancias, en la risa del anciano, en la lágrima de una tristeza. Todo ello forma parte del día a día de una residencia.

Seguridad

La mayoría de los ingresos en la residencia vienen buscando la seguridad que en el hogar no tienen por diversos motivos, ya sean a nivel de infraestructura o familiar. En la mayoría de casos, las viviendas no están adaptadas a las carencias de movilidad del anciano y eso supone un handicap a la hora de poder prestarles la atención necesaria.

En el aspecto familiar la seguridad no la encontramos cuando hablamos de ancianos que viven solos y las familias, por más que quieran, en muchas ocasiones no pueden ayudarlos las 24 horas.

Buscan una seguridad en los diversos aspectos que rodean al anciano.

Seguridad a la hora de saber que si sucede alguna cosa de noche, alguien va a responder y va a poder ayudarle en lo que necesite y tomar las decisiones necesarias para su bienestar.

Seguridad en la toma de la medicación. Muchas personas mayores que viven solas se han de preocupar de cumplir la toma de las medicaciones en los horarios que tienen establecidos. En cambio, en la residencia ya hay personas responsables de que esta acción se lleve a cabo, administrando, controlando y asegurando que la medicación pautada sea la correcta y que el residente se la tome.

Seguridad en las comidas. Los mayores que viven solos tienden a tener poco apetito por lo que el tener que hacerse la comida les supone un trabajo enorme y costoso por lo que la decisión final es no comer o hacerse algo mínimo. Lo mismo ocurre aquí como en el apartado anterior. Se llevan los horarios de las comidas estrictamente, con lo cual, ningún residente  se queda sin comer. Se les guarda la comida si se retrasan por cualquier circunstancia, ya sea una visita médica, una salida… Y se les atiende en la habitación si se encuentran mal.

La seguridad en la residencia es algo que está a la orden del día. En cuanto al cuidado de los residentes, englobando la medicación, la asistencia, la ingesta de alimentos, el aspecto médico, la higiene… En definitiva, en que todos los aspectos de la vida diaria queden cubiertos, sintiéndose tanto el residente como sus familiares seguros de que todo se lleva a cabo.

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